En las últimas semanas, Microsoft lanzó una nueva actualización para Windows 10 y Windows 11 que, en teoría, debía mejorar la seguridad del sistema y corregir fallos menores. Sin embargo, la historia no terminó como se esperaba. Desde los primeros días, cientos de usuarios comenzaron a reportar un comportamiento extraño en sus computadoras: los discos SSD mostraban una caída drástica en su rendimiento, llegando incluso a bloquear el sistema operativo.
Lo curioso de este caso es que no se trata de un fallo aislado. Los reportes provienen de distintas partes del mundo y afectan a varias marcas y modelos de unidades SSD. Desde los reconocidos Samsung EVO y Crucial, hasta opciones más económicas como Kingston o Adata. Esto descarta la idea de que sea un simple problema de compatibilidad con un modelo en particular.
🔎 ¿Qué está ocurriendo realmente?
De acuerdo con los usuarios y algunas pruebas de rendimiento, después de instalar la actualización, la velocidad de lectura y escritura de los SSD disminuye de manera significativa. En algunos casos, las pruebas con software como CrystalDiskMark muestran reducciones de hasta un 50% en comparación con el rendimiento previo.
Además, otro síntoma muy común es que el uso del disco se dispara al 100% en el Administrador de Tareas, incluso cuando la computadora está en reposo o ejecutando tareas muy simples, como abrir una carpeta o navegar en Internet. Este comportamiento provoca que el sistema se sienta pesado, con retrasos en la carga de programas, bloqueos momentáneos e incluso reinicios inesperados.
Algunos expertos especulan que la causa podría estar relacionada con cambios internos en el sistema de archivos o en la forma en que Windows gestiona el almacenamiento y el indexado de datos. Sin un comunicado oficial de Microsoft, lo único claro es que algo en esta actualización interfiere con la comunicación entre Windows y los SSD, generando sobrecargas innecesarias.
📌 Antecedentes: no es la primera vez que pasa
Este tipo de errores no son nuevos en el ecosistema de Windows. De hecho, en 2021 y 2022 ya se habían registrado casos similares, donde parches de seguridad terminaban afectando el rendimiento de discos duros o tarjetas gráficas. Lo que hace más preocupante esta situación es que Microsoft no siempre detecta de inmediato el origen del fallo, y a veces pasan semanas hasta que se libera una corrección estable.
Para quienes usan su computadora en el día a día para trabajar, estudiar o editar videos, esta clase de errores puede ser devastadora. Un disco lento no solo significa pérdida de tiempo, sino también un mayor riesgo de corrupción de archivos importantes.
⚠️ ¿Qué riesgos existen para los usuarios?
Aunque el problema no parece dañar físicamente el SSD, sí puede afectar de manera directa la productividad y la estabilidad del sistema. Algunas de las consecuencias más comunes que se han reportado son:
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Arranques del sistema mucho más lentos de lo normal.
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Programas que tardan varios segundos en abrir.
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Congelamientos momentáneos que interrumpen el flujo de trabajo.
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Riesgo de pérdida de datos si el sistema se bloquea durante una escritura crítica.
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Un desgaste mayor del SSD debido a operaciones innecesarias en segundo plano.
En resumen: aunque tu SSD no se va a “quemar” por esta actualización, sí existe un deterioro en la experiencia de uso que puede arruinar tu día a día.
🛠️ ¿Qué soluciones existen por ahora?
Hasta que Microsoft publique un parche oficial que corrija el error, los usuarios han encontrado algunas alternativas para mitigar el problema:
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Desinstalar la actualización problemática.
Puedes hacerlo desde la configuración de Windows → Windows Update → Historial de actualizaciones → Desinstalar actualizaciones. Con esto, tu sistema volverá a la versión anterior que no afectaba al SSD. -
Pausar las actualizaciones automáticas.
Para evitar que el mismo parche vuelva a instalarse, es recomendable pausar las actualizaciones por al menos 2 o 3 semanas. De esta forma, le das tiempo a Microsoft de lanzar una corrección más estable. -
Monitorear el estado de tu SSD.
Usa programas como CrystalDiskInfo, HD Tune o Samsung Magician para verificar la salud del disco y comprobar si las velocidades de lectura y escritura se mantienen estables. -
Hacer copias de seguridad.
Ante cualquier riesgo de bloqueo o corrupción, lo mejor es tener siempre tus archivos importantes respaldados, ya sea en otro disco externo o en la nube.
📢 ¿Qué ha dicho Microsoft?
De momento, la compañía no ha dado un comunicado oficial amplio. En foros de soporte técnico, algunos moderadores reconocieron que se está investigando el problema, pero no dieron fechas exactas para la llegada de un parche. Esto ha generado molestia en la comunidad, que siente que Microsoft lanza actualizaciones sin probarlas lo suficiente en escenarios reales.
✅ Conclusión
La situación con esta última actualización de Windows es un recordatorio de que no siempre lo más nuevo es lo mejor. Aunque las actualizaciones suelen ser necesarias para protegernos de fallos de seguridad, también pueden traer errores inesperados que afectan la estabilidad de nuestros equipos.
Si tienes un SSD y notas que tu computadora se volvió lenta después de actualizar, lo más recomendable es desinstalar el parche, pausar las actualizaciones y esperar la corrección oficial. Mientras tanto, mantén respaldada tu información más valiosa y evita realizar tareas críticas que dependan del máximo rendimiento del disco.
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